Lista de conceptos capitalistas

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[editar] Capitalismo.

Régimen social y político que sucedió al feudalismo. Este régimen se funda en la propiedad privada capitalista de los medios de producción, en la explotación de los obreros asalariados desprovistos de medios de producción y de existencia, y obligados a vender constantemente su fuerza de trabajo a los capitalistas. La fuerza motriz de la producción capitalista, su estímulo principal, es el beneficio que proviene de la apropiación de la plusvalía creada por los obreros. La contradicción fundamental del capitalismo evolucionado, es la contradicción entre el carácter social de la producción y la forma capitalista privada de la apropiación. La economía capitalista está basada en la anarquía de la producción y está sometida a las leyes espontáneas del desarrollo. De allí las crisis económicas periódicas inevitables bajo el capitalismo, crisis de superproducción cuando hay más mercancías que las que puede absorber el mercado, limitado por el poder de compra de los trabajadores cuyo nivel de vida bajo las condiciones del régimen capitalista, desciende sin interrupción. La economía de los países capitalistas se desarrolla por ciclos, vale decir, que el crecimiento de la producción a causa de las contradicciones antagónicas inherentes al capitalismo, cede el lugar a una baja de la producción, a una caída brusca, a la crisis. Durante la crisis, se observa una destrucción en masa de las fuerzas productivas de la sociedad, un aumento considerable de la desocupación, de la miseria de la clase obrera y de todos los trabajadores, mientras se agravan todas las contradicciones del régimen capitalista. Con el desarrollo del capitalismo, la opresión capitalista se refuerza, la pauperización absoluta y relativa de la clase obrera y de todos los trabajadores se acentúa. Cuanto más se concentran las riquezas sociales en manos de un pequeño grupo de capitalistas, más se proletarizan las masas, más se extiende la desocupación y se empobrece la clase obrera. “Tal es la ley general, absoluta, de la acumulación capitalista” (Marx, El Capital. Lib. I, vol. 2). Lucha de clases agudizada entre la burguesía y el proletariado: tal es el rasgo esencial de la sociedad capitalista.

A fines del siglo XIX, el capitalismo entró en la última etapa de su desarrollo, la del imperialismo, caracterizada por la dominación de un puñado de monopolistas o de grupos de monopolistas en la economía y en la política. En virtud de la ley de la desigualdad del desarrollo político y económico de los países capitalistas en la época del imperialismo, los fundamentos del capitalismo se quebrantan cada vez más, y los conflictos y las guerras entre esos países son cada vez más frecuentes, a la vez que la lucha de la clase obrera y, bajo su dirección, de todos los trabajadores contra la clase de los capitalistas, reviste una acuidad extrema. La etapa imperialista se halla en vísperas de la revolución socialista. A partir de la primera guerra mundial, el régimen capitalista entró en una crisis general debida a la disgregación creciente del sistema económico capitalista en el mundo entero. La Gran Revolución Socialista de Octubre inauguró una nueva era en la evolución de la sociedad. El capitalismo dejó de ser el sistema único y universal en la economía mundial. Ésta se dividió en dos sistemas económicos diametralmente opuestos: el sistema socialista y el sistema capitalista. La crisis general del capitalismo tiene por rasgo distintivo la acentuación extrema de todas las contradicciones de la sociedad capitalista. Se agravan las contradicciones entre los Estados imperialistas y las colonias o los países dependientes lanzados por la vía de la liberación nacional, lo cual mina los fundamentos del imperialismo. La putrefacción del capitalismo se extiende. En la época de su crisis general, el capitalismo se caracteriza por una subproducción crónica de las empresas, por la existencia de millones de desocupados. Las crisis económicas son aun más profundas, más devastadoras, llegando a todas las ramas de la economía. Su duración es cada vez mayor, mientras se reducen los períodos de reanimación de la actividad sin que éstos lleguen a causar una expansión general de la economía.


Durante la segunda guerra mundial, el capitalismo entró en la segunda etapa de su crisis general. Varios países de Europa y de Asia se desprendieron del sistema capitalista e instauraron el régimen de democracia popular (ver). La victoria histórica del pueblo chino asestó al imperialismo un nuevo golpe aplastante. Los países de democracia popular se han encaminado por la vía de la edificación socialista. El mundo se ha escindido en dos campos: por una parte, el mundo del imperialismo dirigido por los EE.UU., y por otra parte, el campo del socialismo y de la democracia que crece y se refuerza bajo la dirección de la URSS y de la República Popular China. El resultado económico más importante de esta guerra, ha sido la escisión del mercado mundial único y universal, y la formación de dos mercados paralelos, el mercado capitalista y el mercado socialista, lo cual ha determinado una nueva agravación de la crisis general del sistema capitalista en el mundo entero.

Para mantener el régimen capitalista, la burguesía reaccionaria recurre a medidas extremas: a la fascización de los Estados, a la instauración de la dictadura fascista. Los grupos monopolistas utilizan el aparato del Estado burgués que les está subordinado, para esclavizar aun más a los trabajadores, suprimir las libertades políticas y la democracia, para ahogar el movimiento revolucionario y de emancipación nacional de las grandes masas trabajadoras.

La revolución socialista substituye el régimen capitalista por un régimen social superior, el socialismo, que se afirma a lo largo de una lucha de clases encarnizada contra el capitalismo. La dictadura del proletariado organiza un modo de producción nuevo, socialista, y pone fin para siempre a la explotación del hombre por el hombre, aboliendo el régimen de esclavitud y de opresión.

[editar] Fuente:

Diccionario filosófico abreviado · 1959:60-61